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Conclusión

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A raíz del trabajo realizado podemos concluir que la Plaza Mayor de Lima fue el elemento urbano fundamental para estructurar y consolidar el dominio español. Concebida desde el momento de la fundación de la ciudad en 1535 como el punto de partida del trazado urbano en damero, la plaza encarnó los principios del modelo renacentista reinterpretado en clave colonial: orden geométrico, jerarquía funcional y centralidad simbólica. Desde las directrices impuestas por la Leyes de Indias, se organizaron las calles rectilíneas y se definieron las manzanas que estructuraron el crecimiento urbano. Las instituciones de los poderes, se emplazaron en torno a la Plaza Mayor, que no sólo reunía las funciones más relevantes del orden virreinal (administrativas, religiosas, judiciales y comerciales), sino que también fue escenario que concentraba la presencia de los sectores sociales más influyentes, evidenciando el orden jerárquico y social impuesto por la Corona.El concepto de centralización espacial de la Plaza Mayor se concretó para consolidar una estructura en la sociedad y sus actores También la plaza fue el escenario de la vida pública limeña: allí se realizaban proclamaciones, fiestas religiosas, mercados, actos oficiales y manifestaciones del poder, tanto civil como eclesiástico. Su diseño, sus proporciones y su carácter escenográfico, reforzado por las fachadas de los templos y edificios públicos, responden a una clara intención de control visual y simbólico sobre el espacio urbano y sus habitantes.

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