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Eje de la conquista y la colonia

"Los proyectos urbanos de los siglos XVII y XVIII estaba necesariamente condicionado por la imagen potente del sencillo invento geométrico de 1530: la cuadrícula. Fue, en cambio, como apunta Viñuales, en el uso que se hizo de la estructura en cuadrícula, en las actividades de sus habitantes, en las funciones urbanas, donde se percibe el fundamento barroco de la cultura hispanoamericana en los siglos XVII y XVIII. Añadimos que esa vida barroca dejó sus huellas en la forma urbana; escasamente en la estructura urbana pero sí el paisaje urbano mediante las portadas, los balcones, las torres y hasta en los aderezos efímeros de las fiestas". Nicolini; "La ciudad hispanoamericana en los siglos XVII Y XVIII". Universidad Nacional de Tucumán. Argentina, pag 1087.

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Dos rasgos distintivos de las ciudades coloniales hispanoamericanas diseñadas en cuadrícula, la precisión geométrica del trazado urbano y la función central que adquirió la Plaza Mayor, permiten considerarlas como una reinterpretación americana del modelo de ciudad ideal renacentista. No solo se trató de ciudades con un diseño simétrico y altamente ordenado, sino que, además, la Plaza Mayor fue concebida desde el inicio como el núcleo principal del espacio urbano. Este espacio central reunía en su entorno las funciones más relevantes de la vida cívica, administrativa, religiosa y comercial, al tiempo que concentraba las residencias de los ciudadanos más influyentes. Así, desde su fundación, la Plaza Mayor fue pensada como el componente urbano de mayor jerarquía simbólica y arquitectónica, convirtiéndose en el corazón representativo y funcional de la ciudad.

​Las Leyes de Indias especificaban todo lo relacionado con la fundación y el trazado de ciudades. Estas normas detallaban aspectos clave como la elección del lugar donde fundar la ciudad, la disposición de calles y plazas, la asignación de terrenos para viviendas e industrias, y cuestiones sanitarias y defensivas.Una ciudad fundada en la costa, debía ubicarse en un lugar elevado y fácil de defender, prestando atención a la protección natural y a la profundidad del puerto. Luego, el trazado urbano debía hacerse de forma ordenada, comenzando por la plaza principal, desde la cual se extendían las calles hacia el puerto. En general, las ciudades hispanoamericanas seguían un diseño en forma de damero(cuadricula), basado en la tradición urbanística clásica. Se hacía énfasis en que las calles debían diseñarse con líneas rectas, utilizando cordel y regla, comenzando por la plaza principal, que debía ser un rectángulo. Las leyes establecían con bastante precisión cómo debían ser las plazas mayores de las nuevas ciudades: su tamaño, forma, orientación y ubicación dentro del trazado urbano. Estas características variaban según si se trataba de una ciudad costera o del interior (zona mediterránea). También el ancho de las calles se definía en función del clima del lugar, siendo diferente en zonas frías o cálidas.

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